Ya no sé porque te pienso, ni porque te imagino.
No entiendo como después de tanto tiempo sigo esperando tus llamadas.
Fue una tarde de octubre aquella que te fuiste para no volver jamás.
Ese día no llovía ni estaba nublado como en las despedidas de las películas.
En las películas los personajes se van porque el guión lo dicta. Tu escogiste marchar.
No miraste atrás mientras gritaba tu nombre. No me respondiste cuando te pregunté porque te ibas.
Me culpas a mi de algo que no hice... Era tan pequeña que no hubiera sabido como hacerlo.
Te escribí mil cartas para que no te perdieras ni un segundo de mi vida. Y mil cartas fueron las que no me respondiste.
Mil mensajes grabé en tu contestador. Y mil mensajes fueron los que no devolviste.
Cansada de esperarte dejaré aquí nuestras memorias. Donde tu no las leas. Donde no las lea nadie.
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